Son muchos los temas que se pueden meditar en esta hermosa celebración, donde el alma debe abstraerse de la cotidianeidad del mundo. Contrario a lo que muchos hacen con paseos por fecha festiva, son días de profundas meditaciones y recuerdos del pasado, además de cumplir con un mandamiento perpetuo de YaHWéH (Shemot/Ex.12:14).
Y me gustaría meditar sobre uno de los tantos temas que tenemos los que creemos que el Mesías ya vino, fue sacrificado como Cordero sin mancha, resucitó y volverá con toda su gloria al tiempo señalado por el Todopoderoso YaHWéH.
Me refiero a la importancia del hecho del rescate del pueblo israelita que estaba esclavizado en Mitzrayim (Egipto) y su cruce del mar (Shemot/Ex.cap.12,13,14). Ese hecho puede tener un significado profético relacionado con dos momentos determinantes para el curso de la historia. Un momento es la llegada del Mesías al mundo divulgando la Buena Noticia del Reino de YaHWéH y su sacrificio como Cordero de Pesaj y posterior resurrección como las primicias de la gavilla que debían presentarse. El segundo momento será su nueva venida al mundo con todo su poder para reinar en la Tierra Prometida a los antiguos padres hebreos junto a los escogidos.
Pensemos en el significado del rescate maravilloso que produjo el Bendito Eterno haciendo pasar al pueblo israelita a través de las aguas del mar abiertas de lado a lado. Ese es uno de los momentos que se recuerdan en esta celebración.
Analizando las Escrituras con muchas profecías, la tierra de Mitzrayim (Egipto) tiene también una relación profética con lo que vendría. Los profetas dieron lugar a la interpretación posible de entender a Mitzrayim(Egipto) como la imagen de la esclavitud que cada persona tiene cuando desobedece los mandamientos de YaHWéH e ignora sus designios proféticos, o se encuentra inmersa y atrapada en una cultura contraria a la voluntad de Nuestro Padre.
En esta celebración debemos meditar mucho sobre lo sucedido, tanto en la liberación del pueblo israelita en aquel Pesaj que significaba “pasar por alto” por parte del malaj(enviado) destructor de los primogénitos los hogares que tuvieran señalados con la sangre del cordero sacrificado entre “las dos tardes” (3pm); y por otra parte, recordar el sacrificio y muerte del Cordero el Mashíaj a la misma hora y cuya sangre nos rocía para pasar de muerte a vida eterna.
YaHWéH ha escogido un pueblo para sí, para considerarlos hijos suyos. Eso también significa ese pueblo rescatado comparado con el pueblo escogido que heredará el Reino del Todopoderoso cuando vuelva el Mashíaj.
En otro sentido, el rescate del pueblo de las manos de los mitzrayitas (egipcios) se puede comparar con el rescate del Mashíaj con su sacrificio y su sangre. Mediante seguir el Camino que es él (Yojanan/Jn.14:5), se podría entender que sería como caminar por el mar con las aguas separadas. Y así como no habrá sido fácil para los israelitas el cruce con temor de ser alcanzado por el enemigo, tampoco es fácil el Camino de la Verdad que nos mostró el Mashíaj. Hay muchas cosas que tener en cuenta en el caminar, en lo que sería a través de un mar de acosos y pruebas de fe, de resistir sufrimientos y perseverar en la lucha para vencer en las tentaciones. Para ello está la Toráh y la Rúaj(Espíritu) de YaHWéH que nos guía por el buen sendero y nos da ánimo para continuar.
El pueblo israelita estaba con un gran sufrimiento en la esclavitud (Shemot/Ex.cap.1), y si no fuera que tenían que trabajar para los mitzrayitas, la extinción hubiese sido posible. Pero el Topoderoso no lo permitió y los salvó de la mano de Mosheh (Moisés). De tal manera rescatará y salvará al pueblo también israelita que guarde sus mandamientos y acepte a su Hijo que murió por ellos. Porque no rescatará personas de una determinada religión o iglesia, sino a un pueblo. Israelita porque serán partícipes de la promesa hecha a Yaaqov (Bereshit/Gen.35:9-15), cuyo nombre fue cambiado a Yisrael luego de haber luchado con un malaj (enviado- Bereshit/Gen.32:23-33). Pero también partícipes de la promesa a los padres anteriores como Yitzjak y Avraham.
Entonces podríamos pensar en que a partir de aceptar al Mashíaj y de nacer de nuevo por el agua y el espíritu, sería como comenzar a transitar un mar abierto de lado a lado con todas las dificultades conocidas para mantenernos en el rumbo correcto, y con la presión del maligno acusando y tentando en una cierta persecución para que nos desviemos de nuestro Todopoderoso.
En el horizonte vemos el otro lado del mar, avistamos el fin de los problemas y la persecución del enemigo, el fin de los acechos de Mitzrayim contraria a la voluntad de YaHWéH, y esa imagen es la segunda venida del Mashíaj. Cuando hayamos prevalecido durante el cruce del mar simbólico, cuando hayamos superado la otra orilla del mar, cuando hayamos resistido a todas las pruebas, cuando hayamos avanzado en la edificación que significó el trayecto a través de las aguas como por un gran mikvéh (estanque con agua natural para inmersiones purificadoras), entonces las aguas se volverán a juntar y sepultará a los enemigos, imagen que significará la aparición del Mashíaj y su rescate.
Esta interpretación simbólica es sugerida y no dicha como quien creyera tener la pura y total verdad. Es una meditación que le encuentra una semejanza relacionada entre los hechos. Yo estoy seguro de que el rescate a través del mar tiene un significado más allá del hecho de demostrar el poder de YaHWéH. Es un poder que se mantiene durante todo el tiempo y finalmente cumplirá con lo profetizado.
Por lo tanto, sigamos atravesando firmes este mar escapando del enemigo nuestro y de nuestro Padre Celestial. Huyamos de las costumbres contrarias a los mandamientos de YaHWéH y a los consejos del Mashíaj. Este último nos espera en la otra orilla al final del mar, cuando recibiremos el premio del Reino de YaHWéH y la vida feliz eterna tan esperada y deseada.
«¡BaRuKH HaBa BeSHeM YaHWéH!
"¡Bendito es el que viene en el Nombre de YaHWéH!"»
Shalom con ustedes.
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